martes, 25 de mayo de 2010

“INQUEBRANTABLE FE EN EL DIOS DE LA VIDA”


SEMANA SANTA

Esperamos que estos tiempos de Semana Santa y todo lo que significó su preparación, hayan servido para reflexionar y, si es en familia, ¡Muchísimo mejor!

De cada uno de nosotros depende que se vaya desterrando la distorsión que se tiene al confundir “Semana Santa” con “Semana Tranca”. Cierto es que son muchas las familias que optan por salir a pasear, ir de excursión, acampar, etc. No está mal, pero estaría mucho mejor, si encontráramos un momento ideal para que, desde nuestra realidad familiar, evaluemos y reflexionemos sobre la presencia de Jesús en nuestros corazones.

Este es un reporte de cómo nuestras comunidades han vivido su Semana Santa y vaya que conociendo sus vivencias, hemos salido verdaderamente enriquecidos. El compromiso, la fuerza del corazón y la fe nos ayudaron en esta hermosa aventura.

Tiempo Santo, que iniciamos con tremendo concierto de la Sinfónica, allá en el Peyton, que ayudó a que sea una noche mágica y única. Quienes asistimos, podemos dar fe que casi rozamos el cielo con tamaña belleza musical.

Miércoles de Ceniza, en la Capilla Santa Cruz, se vivió con recogimiento y espíritu penitencial.

El Domingo de Ramos, se inició en nuestras comunidades con la elaboración y preparación de las palmas y ramos de olivo y que fueron entregadas a los fieles para recordar el Ingreso Triunfal de Jesús a Jerusalén. Así lo pudimos vivenciar en la Comunidad de San Francisco.

Jueves Santo, visitamos la siempre acogedora Comunidad de Cristo Vencedor, que se había preparado para la Adoración al Santísimo, debemos decir con satisfacción que fue de asistencia masiva. Presenciar el lavado de los pies (a niños, adultos y ancianos) nos recuerda la humildad con la que Jesús siempre predicó. “El estar frente a la Hostia Consagrada, en la que Dios está presente, es una experiencia que no tiene comparación”.

Viernes Santo, el Vía Crucis (que significa “Camino a la Cruz”) se refiere a los diferentes momentos vividos por Jesús, desde que fue tomado preso, hasta su crucifixión y sepultura. Muy conmovedora la representación del Vía Crucis por los jóvenes de Oscar Romero.

Sábado de Gloria, nuestra Iglesia inicia las ceremonias de vísperas con la alegría expectante de la Resurrección. Nuestras comunidades se organizaron en vigilias, en las que ya se respiraban aires de Resurrección.

Domingo de Pascua, todos nos hemos sentido victoriosos, porque con fe inquebrantable hemos sido testigos de que nuestro Dios ha vencido a la muerte; de las tinieblas ha salido a la luz. Un día para celebrar la vida, con la alegría y la esperanza de sabernos acompañados por un “Jesús Vivo”, compañero permanente de cada acto y momento. Alegría que debe traducirse en nuestra actitud frente a la vida, porque nuestro Dios, es un Dios de vida y no de muerte, y eso sí que es motivo de dicha total !Hasta la próxima crónica, solo si Dios quiere, claro esta!
Por: Leonardo Ruiz Rojas (Nayo)

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